Hay técnicas que sobreviven al paso del tiempo porque guardan algo esencial: el vínculo entre la mano y la materia. El block print —o impresión con bloques tallados— es una de ellas. Nacida hace miles de años en Asia, esta práctica transformó simples trozos de madera en herramientas para multiplicar la belleza.
El origen de una tradición
En la antigua China y la India, los artesanos tallaban figuras sobre madera, las entintaban y las presionaban sobre telas o pergaminos. Cada bloque era una obra en sí misma, y cada impresión, una pequeña variación de la misma idea.
El block print no solo imprimía imágenes: imprimía intenciones, oraciones, deseos. Cada golpe de tinta era una afirmación de existencia.
El proceso: una danza entre precisión y error
El artesano dibuja el motivo, talla el bloque, aplica la tinta y estampa. Cuatro pasos simples que exigen concentración y paciencia. No hay espacio para la prisa ni para el “control Z”. Cada línea cortada, cada borde irregular, se vuelve parte de la obra.
En un mundo que idolatra la perfección digital, esta técnica recuerda que la belleza también puede nacer del error.
El arte de lo irrepetible
Nosotros vimos en el block print ese arte de lo único, cada impresión es distinta y cada error se convierte en el detalle que hace el diseño especial y único.
Por eso con orgullo les decimos que nuestras prendas con diseños de block print son estampadas a mano, por artesanos que han pasado esta técnica de generación en generación y que se resisten a entregarla a una máquina.
Una huella que viaja desde la madera hacia la tela, y desde el pasado hacia nosotros, recordandonos que la perfección está en lo único.